Porque valoramos nuestra historia, estamos emocionados de compartirla contigo.

La historia comienza en 1915, cuando Juan Gamboa Gómez, quien era palero en la Hacienda La Verbena, Alajuelita, se traslada de la meseta central junto a su esposa Engracia Barrantes Retana, quien era oriunda de Santa María de Dota al Valle del Copey.
El joven matrimonio adquiere la Finca Hacienda Santa Rosa, lo que hoy es Finca San Francisco de Asís. Humberto Gamboa Barrantes recibe de sus padres la finca la cual por muchos años junto a su esposa Gloria Robles Calvo la cultivan de granos como maíz, cubá, café, así como ganado lechero, aguacate criollo, caña de azúcar, trigo y avena. Desde sus inicios, todos estos cultivos se producían con prácticas agrícolas sostenibles, minimizando el uso de agroquímicos. Años después, don Humberto y doña Gloria decidieron legar la propiedad a sus hijos, y fue así como parte de la finca llegó a manos de su hijo Danilo en el año 1980.

Danilo, al iniciar el proyecto a una edad temprana y con gran entusiasmo, comenzó a utilizar fertilizantes químicos y agrotóxicos con el objetivo de aumentar la producción. Mantuvo los cultivos originales y, además, introdujo frutales, diversificando la finca con especies menores como cerdos. Sembró un huerto de manzanas de la variedad israelí Ana y posteriormente una hermosa plantación de aguacate Hass. Su profundo amor por los bosques lo llevó a preservar el bosque secundario junto al río Pedregoso, que era parte de la finca, así como a plantar tres nuevos bosques; su sueño era construir su hogar rodeado de cipreses.

Seidy, también originaria de Copey de Dota, es la menor de doce hermanos y creció en un entorno familiar excepcional. Su infancia transcurrió entre las montañas y los majestuosos bosques de la zona, lo que cultivó en ella una profunda sensibilidad hacia los recursos naturales y el amor por su pueblo. Con el tiempo, esto la llevó a adoptar una postura conservacionista, mostrando una marcada afinidad por los productos orgánicos con un enfoque ecológico y social. Seidy finalizó sus estudios en el colegio de Santa María de Dota y luego continuó su formación universitaria en la capital, San José, donde se especializó en dirección de recursos humanos. Sin embargo, un giro inesperado en su vida la llevó de regreso a sus raíces.

Seidy y Danilo comenzaron su relación en 1988, que duró trece años, y se casaron en 2002. Durante muchos años, su espíritu trabajador los impulsó a seguir desarrollando el proyecto. En 2012, decidieron realizar un viaje vacacional a Francia, motivados por la preocupante salud de Danilo, quien había sufrido inflamación de amígdalas debido al uso excesivo de agrotóxicos durante tantos años. Este viaje al continente europeo transformó su perspectiva sobre el rumbo que deseaban para sus vidas y sus proyectos.
En 2012, con la decisión de vender y trasladarse a vivir a Francia, el INTA (Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria) solicitó la finca para llevar a cabo un taller sobre Agricultura Orgánica. Dicho taller atrajo a agricultores locales interesados en implementar cambios en sus prácticas. De repente, la finca se transformó en un aula abierta, donde cada martes se convertía en un laboratorio vibrante y festivo, un punto de encuentro para aquellos que deseaban realizar una transformación en su forma de producir la tierra.
Con el tiempo, la finca se estableció como un referente en agricultura orgánica, atrayendo cada vez más visitantes. En 2014, se tomó la decisión de convertir el proyecto en una finca integral educativa, abierta a la visita pública, funcionando como un aula al aire libre.
Entre 2017 y 2019, la Finca San Francisco se consolidó como un destino destacado para el agroturismo educativo. No obstante, hemos llevado nuestra propuesta un paso más allá, desarrollando experiencias de hospitalidad y estableciendo un salón de eventos dedicado a celebrar la vida.








